No fue difícil salir a la calle y quedarme en ella para corear con el resto de la gente que “No nos representan”, tan sólo vi, fui y me convencí. Me convencí, no se equivoquen, de que, con tantas personas que éramos allí, esto se puede cambiar, y cuando digo “esto” digo “esto a lo que llaman democracia”. Esa misma “democracia” que te permite ir a votar cada cuatro años al señor o señora que promete en elecciones que no tocará la sanidad y la educación y luego, meses después te quita, ante tu mirada impotente, a profesores y médicos de tus escuelas y hospitales (http://www.attacmadrid.org/wp/wp-content/uploads/quien-es-antidemocratico-23jun11.pdf).
Me informo, sé y me enfurezco. Es sistemático. Para mí es casi un hecho físico incuestionable, como el hecho de que la piedra llegará al suelo si la suelto de mi mano. Un causa-efecto infalible. Siempre me he tomado por una persona bastante imaginativa, pero me siento incapaz de inventar una realidad en la que alguien, por ejemplo, sepa que uno de los vicepresidentes de los bancos de inversión que han provocado esta crisis (http://www.pascualserrano.net/noticias/cosas-curiosas-de-la-economia-europea) va a ser el próximo presidente del Banco Central Europeo (una entidad pública, recuerden) y no surja en la persona que llega esta información un mínima indignación.
Me molestan las cosas que no entiendo. Así que me siento muy molesto cuando oigo hablar de paz por los mismos políticos que luego van a países dictatoriales a tratar de “amigo” al respectivo dictador(http://www.solidaridad.net/_articulo6703_enesp.htm), o invitan a ministros de exteriores que presumen sin tapujos de querer exterminar a los árabes(http://alianzas.periodismohumano.com/tag/moratinos/), o permiten que aviones estadounidenses reposten en nuestro país para que algunas personas (muchos de ellos, niños y ancianos) puedan llegar a Guantánamo para ser tranquilamente torturados(http://www.diariodeleon.es/noticias/noticia.asp?pkid=410968). ¿Alguien podría contarme sin un tono de indignación, o al menos de incredulidad, que el mismo presidente español que se manifestó contra la guerra de Iraq hiciese luego todo lo posible para que se archivase el caso de los soldados americanos que asesinaron a José Couso en aquella guerra?(http://minotauro.periodismohumano.com/2010/12/01/wikileaks-y-el-caso-couso/). He hecho alusión a estos sucesos, porque para mí serían suficientes para rechazar al partido que ostenta ahora el gobierno de nuestro país. Y para el partido más grande de la oposición con sólo decir que nos llevó a la guerra de Iraq dónde han muerto más de un millón de personas(http://www.rebelion.org/noticia.php?id=62889) sería más que suficiente. Aborrezco en lo más profundo de mi ser la actitud indulgente que algunos nosotros mostramos hacia los políticos. Esa facilidad de perdonar cuando ni siquiera ellos han buscado la expiación. Decimos rechazar la violencia y luego damos nuestra bendición para ser gobernados por unos impresentables sin escrúpulos, exentos de moral y con las manos llenas de sangre. Debemos ser exigentes con nosotros mismos, con aquellos a los que llamamos “amigos” y especialmente, y recalco “especialmente”, con los políticos, ellos deben ser el paradigma de la honradez, de la transparencia y de lo que consideramos bondad y justicia. Un mundo de ciudadanos sin principios es un mundo con un final cada vez más próximo. En cada injusticia que dejamos pasar estamos perdiendo lo poco que nos queda de humanidad. Así que me indigno tanto por esos políticos que poco tienen ya de personas, y por nosotros los gobernados que sabiendo de sus errores les permitimos que los sigan cometiendo, año tras año, día tras día.